¿Manchas marrones, flores marchitas e incluso tallos dañados? Si tus plantas tienen estos síntomas seguramente es que han sufrido un golpe de calor.
Si es así, vigila, pues es un problema que puede agravarse e incluso provocar incluso la muerte del ejemplar si no se actúa a tiempo.
¿Cómo subsanarlo?
Como siempre, mejor prevenir, así observa tu jardín o terraza para fijarnos si tenemos algún ejemplar en peligro.
El primer consejo de prevención es evitar que algunas plantas más delicadas estén muchas horas expuestas directamente al sol, como las camelias, los helechos y las hortensias. En cambio, aguantan muy bien los geranios, petunias, girasoles, aquileas, buganvillas,…
Si no podemos desubicar las plantas que tenemos en pleno sol, deberemos optar por un plan B. Como, por ejemplo, usar acolchados – mulching– para que el no se evapore o bien regar más a menudo.
También podemos usar mallas para sombrear la zona con mucho sol o una pérgola; o tirar la cortina en una estancia de interior y evitar poner las plantas demasiado cerca de los cristales de las ventanas.