Tras el cambio horario, la luz solar se acorta. Así que debemos estar atentos a las plantas de interior que necesitan luz.
Si no están cerca de un punto de luz natural (por ejemplo, una ventana) acércalas a ella. Pero ten cuidado que el sol no les dé directamente ni que sus hojas toquen el cristal. Podría dañarlas.
Tampoco olvides mirarlas de vez en cuando para ver que no padecen ninguna enfermedad.