Aunque un poco de sol no viene nada mal a nadie, para algunas plantas de interior el sol de verano (si les da mucho) puede perjudicarles.
Por ejemplo, las suculentas o los cactus. Si les da la luz directa a través de una ventana, mejor que las pongas a resguardo, pues si el calor es fuerte y constante puede llegar a dañarlas.
También ten cuidado con las plantas jóvenes, pues un exceso de calor las puede dañar y no seguir una buena evolución.
Así que cuidado con el solete. 🙂