Aunque esta época es la de riego por excelencia, nuestras plantas necesitas algo más para sobrevivir. ¿Qué?
Efectivamente, nutrientes; o sea, abono. Así que no olvides abonarlas por lo menos una vez al mes, aunque en algunos ejemplares lo ideal es cada 15 días. En función de cada ejemplar y su estado vegetativo.
En las plantas de interior, si la humedad es muy baja, recuerda que en lugar de regarlas puedes pulverizar agua destilada sobre ellas.