Las plantas aromáticas no suelen tener demasiados problemas con las enfermedades y plagas. Aún así, algunas condiciones ambientales pueden desencadenar algunos problemas. Hongos, insectos, malas hierbas,… son algunos de sus enemigos.
Hongos: evitar la humedad alta
Las humedades altas favorecen la aparición de hongos en las plantas aromáticas. Las primeras señales son en forma de manchas marrones o bultos.
Insectos: controlarlos
Los ataques de insectos en aromáticas más frecuentes y peligrosos son las cochinillas, el pulgón o la mosca blanca. Ya sea por ataque directo o si las plantas colindan con otras especies del jardín. Así que tras los primeros síntomas, lo mejor será prevenir y si no es posible, curar.
Malas hierbas: ¡fuera!
Suele ser en primavera cuando proliferan las malas hierbas en las aromáticas, sobretodo si éstas están plantadas en el jardín o grandes macetas. En este caso, lo mejor hubiera sido acondicionar la zona con una malla para evitar el crecimiento de las malas hierbas. Si no, debemos ir revisando la zona y arrancar las malas hierbas en cuánto las veamos.
Abonar: específico
Para que nuestras aromáticas – de consumo o decorativas- crezcan sanas, lo mejor será abonarlas con un producto específicamente desarrollado para ellas. Como el Abono Aromáticas de FLOWER, que incorpora fertilizante orgánico natural que favorece la producción por parte de la propia planta de sustancias medicinales y esencias naturales.
LO PEOR: que pasen frío
En invierno, debemos tener muy en cuenta que nuestras aromáticas del exterior no pasen frío, pues su recuperación será lenta. Si están en macetas, resguárdalas en el interior; y las plantas directamente al suelo o en grandes macetas, cúbrelas con plástico.