Una aficionada a las plantas nos ha enviado esta foto. Bueno, en primer lugar, que no se preocupe. “¿Puedo recuperar su aspecto o directamente debo proceder a su reciclaje?”, pregunta. (Risas).
A la Bromelia (de la familia de las Tillandsia) no le pasa nada. No se está muriendo; sencillamente, su flor madre se seca para que pueda nacer un hijuelo, que salen cuando la madre ha terminado su ciclo. Así que nadie se asuste, los principiantes, ya se sabe ;-).
Claro, la pobre, casi recién comprada (dos meses de vida), pues se ha preocupado. “¿Me habrán timado?”, seguro que ha pensado. Pues no. Precisamente, lo habitual es cortar estos hijuelos con raíz y plantarlos en otro recipiente. Así que en lugar de una, quizás tengas dos. Se puede dar que a la vieja Bromelia le rebrote otro hijuelo, pero lo más probable es que no. Bueno, se puede comprobar.
La verdad es que la Bromelia es una planta sencilla de cuidar y muy agradecida decorativamente hablando, pues sus ejemplares suelen ser muy vistosos. Parece que no necesita muchos cuidados (y así es), pero es primordial –al ser una planta de origen tropical- que esté en un ambiente en temperaturas altas y también la humedad. No conviene regar demasiado (y menos en invierno), a poder ser espaciar los riegos hasta que el substrato se seque. Su abonado debe ser quincenal en primavera, mientras que invierno prácticamente será nulo, pues, como en muchas plantas, la actividad cesa.
Un buen substrato es el Substrato Orquídeas, con una formulación que permite una buena aireación de raíces y drenaje. Eso sí, cuidado con los hongos (Pythium y Antracnosis) y los insectos (Cochinilla), las enfermedades que pueden causar (ahora, sí) graves problemas.
Ante casos así, ¡calma! Lo mejor es consultar a un experto. Aquí estamos.
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